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Antoni Tàpies, nuestro primer contemporáneo internacional, en una estabilidad moderada

Ahora que el fenómeno Barceló ha tomado el relevo, parece buen momento para realizar un análisis de la evolución de Tàpies. Puede ayudar a comprender su propia trayectoria y el futuro de otras situaciones ahora emergentes.

Texto por Javier López

Cuando en la década de los ochenta las salas de subastas españolas iniciaban su despegue, Tàpies era ya un artista plenamente consolidado en el mercado del arte español y ya se había iniciado su presencia en el mercado internacional. Los coleccionistas nacionales poseían en general un talante bastante conservador y se movían, dentro de la pintura, en los segmentos de pintura antigua y del siglo XIX. De hecho, estaba produciéndose una ascensión, casi irresistible, de la pintura preciosista y costumbrista del XIX. Sin embargo, en el mercado internacional, más plural, encontraban eco las vanguardias europeas de la postguerra. Tàpies se constituía en esos foros en el estandarte de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX.

Por otro lado, el mercado vinculado a las galerías de arte, tanto en España como más allá de nuestras fronteras, daba a la obra del pintor catalán un valor relevante. En ese contexto, su obra comenzó a aparecer en las subastas nacionales tan pronto como éstas empezaron a hacer caso en serio a este segmento de la evolución pictórica. De esta forma parecía que el escenario estaba preparado para los hechos que acontecieron al final de la década.

El boom de los años 1989-1990

El auge global de la economía y la iniciativa de las salas de subastas van a confluir para dar lugar a un estallido del fenómeno Tàpies. En los años 1989 y 1990, se venderán en las salas españolas obras del artista que sumarán en su totalidad una cifra en torno a los 275 millones de pesetas (ver el recuadro I, donde se recogen las doce de precio más alto). En ese periodo, se alcanza el récord por una obra del pintor en nuestro mercado con su Tres manchas sobre espacio gris. Un óleo y arena sobre lienzo de 146 x 89 cm, rematado, en abril de 1990, por 70.000.000 pesetas en Edmund Peel, una sala vinculada a Sotheby’s, nacida al amparo de la bonanza del mercado. Ello ocurría sólo medio año después de que el artista hubiera alcanzado su récord internacional. El referente internacional parecía haber dado alas a los resultados del año anterior donde se habían alcanzado dos altos precios en 26 y 24 millones de pesetas. La oferta de una obra de mayores dimensiones, como era la vendida en ese momento, contribuyó a alcanzar ese récord nacional. Simplemente se trató de ofertar una buena obra en un buen momento.

De esta manera la cotización por un Tàpies había alcanzado su momento más dulce. La crisis que comenzaba en esos momentos truncó su evolución. No debe extrañar mucho este fenómeno, pues en esas mismas fechas se alcanzaba el récord mundial por una obra de arte, El doctor Gachet pintado por Vicent Van Gogh. Por otro lado, los propios rectores de las galerías españolas confesaban en las páginas de nuestra 'Guía de Precios 1991' que estábamos ante el final de un ciclo.

La travesía del desierto de 1991-1996

La resaca de la situación anterior tendría un pequeño reflejo en Tú, una pintura sobre tabla, de 65,5 x 81 cm, que se vendió por 11.000.000 pesetas en abril de 1991. Era ciertamente un espejismo; en 1992 y 1994, ninguna obra del artista alcanzó siquiera el medio millón de pesetas; en 1993, el techo se estableció en 920.000 pesetas; y 1995 y 1996 iniciaron un aparente pequeño repunte, con obras de grandes dimensiones compradas a precios de ocasión. (véase recuadro II).

¿Hacia una recuperación?

Los años 1997 y 1998 apuntaron claramente hacia una recuperación. Obras de formato mediano alcanzaron los 10 y 12 millones. De nuevo, una situación económica parecía elevar la cotización de Tàpies. Pero en ese momento Barceló ya estaba por delante en las cotizaciones nacionales. En 1997, Barceló cotizó en 17 millones frente a los 10 de Tápies. Al año siguiente, el mallorqín cotizaba 13 millones sobre los 12 del catalán. El año 1999 trajo de nuevo las dudas sobre la cotización del artista protagonista de este análisis. Su precio más alto, 6 millones por una obra de formato grande, estaba no sólo por debajo de los precios de Barceló sino también por los de Manolo Millares, Clavé y Arroyo, y casi a la par de Saura. El 2000 y el 2001 elevaron de nuevo su cotización a los 20 y 16 millones, por obras de formato mediano, pero Barceló quedaba definitivamente por encima de estas cotizaciones y Millares, Clavé y Saura se situaban de nuevo en ese pelotón de seguidores económicos del, por el momento, escapado Miquel Barceló. Por otro lado, terminada la primera mitad del este año 2002, el mercado nacional no ha acogido a ninguna cotización importante de Tàpies.

Evolución en el mercado internacional

Ya queda dicho que el estallido en nuestro mercado vino acompañado, incluso miméticamente influido, por su transcendencia en los mercados internacionales. Su récord internacional, Puerta gris sobre fondo negro, un óleo y composición sobre lienzo de 81,4 x 100 cm, vendido por 506.000 libras, en noviembre 1989, parece influir en su mejor cotización nacional. Pero, ¿qué ocurrió después, durante la crisis? (véase recuadro III).

Tras el cenit de 1989, los tres años siguientes las cotizaciones se mantienen en unos niveles más que aceptables, siempre por encima de las 100.000 libras. El año 1993 marca un descenso muy importante, se queda en unas modestas 20.000 libras. Inmediatamente, un ascenso súbito, las 220.000 libras de 1994 y una caída paulatina que le llevará a situarse de nuevo, en 1998, en una cotización relativamente baja, 25.000 libras. El ciclo se reproduce en los años siguientes hasta llegar a nuestros días. Dos años de ascenso, hasta situar al pintor en su segundo precio más alto Painting nº VII, pintura de técnica mixta sobre lienzo, 162 x 130 cm, vendida por 335.000 libras en junio de 2000. Y un paulatino descenso, aunque situando al artista en cifras muy relevantes, el precio más alto de este año supera los 40 millones de nuestra antigua moneda.

Conclusión

Ciertamente, la evolución en ambos mercados revela dos importantes coincidencias. Los gráficos I y II dejan patente la primera: una triple subida y una triple bajada. La segunda coincidencia es que en la actualidad otro artista más joven se sitúa por encima, Miquel Barceló, y otros de su misma generación como Millares, Saura y Clavé están en sus cercanías.

Al margen de esas coincidencias aparece otro dato relevante. En el mercado nacional parece que, por un lado, existen grandes dudas sobre la oportunidad de la inversión en Tàpies y, por otro, la nostalgia de los precios astronómicos de hace una docena de años. El mercado internacional parece haber digerido mejor las consecuencias de las evoluciones anteriores y sitúa al artista como un valor estable dentro de unos precios moderadamente importantes.

Ante esta doble línea de fuerza puede establecerse como conclusión de este estudio el titular que le antecede: el artista se sitúa en una estabilidad encuadrada en unos precios moderados, aunque relativamente importantes.

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