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Pintura de caballete de los muralistas mexicanos

La pintura de caballete de Rivera, Orozco y Sequeiros representa uno de los segmentos de la proyección del arte latinoamericano en los mercados internacionales.

Texto por Javier López

A veces, como obra autónoma e influida por los diversos estilos por los que camina la trayectoria de cada artista. En otras ocasiones, como apoyo de su trabajo monumentalista en la realización de sus murales. Lo cierto es que estos pintores tienen una obra de caballete que atraen el interés de coleccionistas y estudiosos.

Expresión de la revolución mexicana

La Revolución Mexicana que, iniciada en 1910, transformó al país hizo posible la renovación de la cultura y el arte. Una de las expresiones más genuinas de ese cambio lo constituye el movimiento muralista, consecuencia y motor dinamizador, al mismo tiempo, del nacionalismo. El movimiento fue dominado por los pintores mexicanos llamados los “tres grandes”: David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco. Los tres muralistas crecieron durante el gobierno del dictador Porfirio Díaz, cuando los mexicanos vivían bajo enormes diferencias de riqueza y poder, y vieron la explotación de trabajadores y pobres. Aun así cada uno tuvo una técnica, una personalidad y un estilo distintos, pero compartieron aspiraciones comunes. Luego, trabajaron en el tiempo en el que México se vio liberado del sofocante régimen del Porfirio Díaz en 1911. En este periodo se encontró un nuevo espíritu nacionalista bajo la Constitución de 1917. Los tres artistas recibieron comisiones del presidente Álvaro Obregón y del secretario de Educación Pública José Vasconcelos para decorar edificios públicos con temas que glorifican la revolución y la historia precolonial de México.

Varias influencias importantes ayudaron a formar el trabajo de Rivera, Orozco y Siqueiros. El Dr. Atl (Gerardo Murillo, 1875-1964) tomó la iniciativa de rechazar las convenciones europeas que habían estrangulado el arte mexicano, y, apreciando por completo el arte precolombino, impulsó un retorno a los temas y tratamientos nativos de México. De hecho, un enfoque populista se había tomado en los estampados innovadores y audaces de José Guadalupe Posadas (1852-1913), el cual es representado por Rivera en Sueño de una tarde dominical.

El mensaje artístico-político principal era que los murales pudieran ser entendidos fácilmente por el ciudadano promedio. Entonces, los muralistas se trasformaron al arte para hacerlo más accesible al público. Los murales trataron el tema del hombre común y reflejaron la sociedad mexicana y los problemas sociales. Tenían un papel importante en la vida social y cultural en México después de la Revolución. Eran narrativas visuales que contaban la historia mexicana. Mostraban una comunidad que compartía en una experiencia nacional. Por su propia esencia, los murales escapaban del comercio del arte, porque eran fijos y permanecían en los edificios importantes de México. Creados como arte público, fueron establecidos por el beneficio de todos, en lugar de estar escondidos por el placer de pocos. Los muralistas mexicanos pintaron en los Estados Unidos y por todo el mundo; entonces los mexicanos no eran los únicos que disfrutaban de su trabajo, tenían un impacto global.

Además de Rivera, Orozco y Siqueros, surgen otros muralistas. Roberto Montenegro realizó La Fiesta de Santa Cruz en el exconvento de San Pedro y San Pablo, y Ramón Alva de la Canal pinta en San Ildefonso El desembarco de los españoles. Con las primeras obras realizadas y con el propósito de establecer algunos principios fundamentales del movimiento, se creaba en 1923 el Sindicato de Trabajadores Técnicos, Pintores y Escultores. El sindicato sirvió para aclarar algunas ideas dominantes en el momento.

Apuntes biográficos

Diego Rivera. Nace en Guanajuato en 1886. Inicia estudios en la Academia de Bellas Artes de Ciudad de México. Abandona la Academia en 1902 y en 1907 realiza su primera exposición individual. A partir de dicha exposición recibe una beca del gobernador de Veracruz para ir a estudiar a la Academia de San Fernando de Madrid, y completar estudios con el pintor Eduardo Chicharro. En los años 1908 y 1909 reside en París y viaja por varios países europeos. Regresa a México, pero el inicio de la Revolución le hace volver a Europa, fija su residencia en París, pero pasa largas temporadas en Madrid y Barcelona. En 1914 expone en Madrid junto a María Blanchard. El descubrimiento entre 1920 y 1921 de los frescos del Giotto en Italia le hace apartarse de los movimientos de vanguardia europeos por los que transitaba su obra. De regreso a México funda, junto a Orozco y Siqueiros, el sindicato de pintores desde el cual se inicia el movimiento de muralistas que recoge fuertes inspiraciones indígenas. Realiza numerosos murales en su país y en Estados Unidos. Sus viajes a Estados Unidos no pasaron desapercibidos a causa de su visión izquierdista; el incidente más famoso fue la destrucción del mural en el que él trabajó en el Centro Rockefeller de Nueva York; la prensa había objetado el simbolismo comunista que él había empleado. Los trabajos más duraderos en Estados Unidos fueron hechos para El Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Instituto de las Artes de Detroit. Alternó el trabajo de muralista con la pintura de caballete. Su obra tiene de este modo dos vertientes bien diferenciadas: la vinculada a las vanguardias europeas de las dos primeras décadas del siglo y la de inspiración autóctona enclavada dentro de un realismo social de cierto talante expresionista. Muere en México en 1957.

José Clemente Orozco. Nació en Ciudad Guzmán en 1883. Entre 1908 y 1913 estudió en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de la Ciudad de México donde se acentuaban las viejas fórmulas europeas, contendidas en el estudio del Dr. Atl. El grupo de estudiantes llamado el Centro Artístico, conducido por Dr. Atl, presionó al gobierno para que permitiera los murales públicos, pero la idea nunca se llevó a cabo. Mientras realizaba trabajos satíricos para Dr. Atl, la vanguardia soportó la guerra civil mexicana, que dejó una huella en él. Participó en la revolución de 1910, estando presente en la gran exposición de pintura mexicana celebrada ese mismo año. Ante los excesos de la revolución realizó caricaturas satíricas. Entre 1917 y 1922 vivió en California, retornando a México en 1922. Se adhirió al sindicato de pintores y escultores. El nuevo gobierno, establecido recientemente, le encargó una serie de murales al fresco para la Academia Preparatoria Nacional. Entre 1927 y 1934 realizó numerosas obras murales en diversas ciudades de Estados Unidos. En el verano de 1932 viajó por Europa, admirando en Italia y España los frescos medievales. Su obra se inscribe dentro de un realismo social, de talante violentamente expresionista y en algunos momentos grandilocuente. Posee una técnica suelta con pinceladas amplias y largas. Su paleta es algunos momentos un tanto oscura y sombría, pero en otros momentos es de un colorido primario un tanto violento. Muere en Ciudad de México en 1949.

David Alfaro Siqueiros. Nació en Chihuahua en 1898. Estudió en una escuela al aire libre fundada en Santa Anita, en 1912, por el pintor Ramos Martínez. Participa en la revolución. Entre 1919 y 1922 residió en Europa donde conoció las vanguardias, pero en un manifiesto, hecho público en 1921 en Barcelona, se declaraba contrario a la pintura moderna que se realizaba en Europa, expresando su deseo de trabajar a partir de las fuentes del arte precolombino. Regresa a México y a partir del sindicato de pintores inicia una gran actividad pictórica, como muralista y pintor de caballete, pero también política. Vuelve a España para combatir, junto a la República, en la guerra civil. Su pintura se sitúa claramente dentro del realismo social y obrerista. Realiza unas figuras enérgicas y llenas de coloridos, usando técnicas y materiales muy diversos y por entonces modernos, como plásticos y revoques industriales. Muere en Cuernavaca en 1974.

Reflexiones sobre sus cotizaciones

Como primera premisa debe considerarse que en cualquiera de los casos debe huirse de generalizaciones. La complejidad de tres artistas de una importancia primordial entre la pintura latinoamericana aconseja a considerar caso por caso no sólo a cada autor sino sobre todo cada obra. No obstante, pueden marcarse algunas pautas. La figura de Diego Rivera, por su vinculación con las vanguardias, tiene una relevancia inmensamente superior a la de los otros dos. Los vaivenes del mercado han afectado a los tres que participaron, en el primer lustro de los noventa, de la eclosión global y parece muy difícil a corto plazo de alcanzar unos niveles tan altos como entonces. Pero tampoco ello tiene las mismas proporciones en los tres casos. Por ello también se hace necesario tratar caso por caso.

Diego Rivera: Ya en 1984 había superado los 400.000 dólares y en 1987 rozó el medio millón de dólares con obras de temática cercana al costumbrismo local; por entonces su obra más vanguardista podría situarse en un techo de 250.000 dólares. En los primeros cinco años de los años noventa, el salto es espectacular, superando los tres millones en el primer tipo de obras y los dos, en el segundo. A partir de entonces los precios de ambas estéticas tienden a igualarse en cifras que oscilan entre el medio millón y el millón de dólares. Durante el último año las mejores ventas han ido a parar a obras vanguardistas y no se ha alcanzado el medio millón. En resumen podría decirse que es un campo abierto para inversiones a largo plazo, siempre que se compre en estos precios modestos y dando por sentado que, siendo uno de los pintores mexicanos más importantes, antes o después volverá al alza.

Orozco y Siqueiros: Han sufrido en menor grado los vaivenes del mercado. Una lectura atenta de los precios de referencia que ofrecemos permitirá al lector enfrentarse con la oferta de cada momento. Son ciertamente valores estables pero deberá afinarse mucho en el análisis, pues los márgenes de rentabilidad son menores en la misma medida que son menores los riesgos y las cifras de inversión.

Diego Rivera

1984

- La vendedora de flores. Óleo/masonita. 122 x 122 cm. 429.000 dólares. Sotheby's Nueva York Mayo 1984.

1987

- Retratos de los señores. Kawashima y Fushita. Óleo y collage/lienzo. 78,5 x 74 cm. 253.000 dólares. Christie’s Nueva York Mayo1987.

- Muchacha con girasoles. Óleo/lienzo. 92,5 x 74,5 cm. 495.000 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1987.

1988

- Mujer sentada. Óleo/lienzo. 100 x 75 cm. 330.000 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1988.

-Baile en Tehuantepec. Óleo/tabla. 56 x 45 cm. 198.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1988.

- Paisaje de las Islas Baleares. Óleo/tabla. 65 x 80 cm. 198.500 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1988.

1989

- Desnudo con flores. Óleo/lienzo. 158 x 119,4 cm. 440.000 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1989.

– Niño con perro. Óleo/lienzo y masonita. 119 x 81 cm. 308.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1989.

- Paisaje de Arcueil. Óleo/lienzo. 81 x 65 cm. 242.500 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1989.

1990

- Juanita sentada. Tempera sobre masonita. 80 x 59,5 cm. 352.000 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1990.

1991

- Niña de Tehuantepec sentada. Óleo/masonita. 80 x 58 cm. 462.000 dólares. Christie's. Nueva York. Mayo 1991.

- Vendedoras de flores. Óleo/masonita. 2.970.000 dólares. Christie's Nueva York. Noviembre 1991.

1992

- Mujer con alcatraces. Óleo/lienzo. 321 x 120,7 cm. 2.805.000 dólares. Sotheby's. Nueva York. Mayo1992.

- Paisaje de Toledo. Óleo/lienzo. 51,4 x 61,2 cm. 1.210.000 dólares. Christie's. Nueva York. Mayo 1992.

- Niña en azul y blanco. Óleo/lienzo. 127 x 91 cm. 770.000 dólares. Christie's. Nueva York. Noviembre 1992.

1993

- Naturaleza muerta con flores. Óleo/lienzo. 81,3 x 65,7 cm. 387.500 dolares. Sotheby’s Nueva York 1994.

1994

- Cuchillo y frutas delante de la ventana. Óleo/lienzo. 2.202.500 dólares. Sotheby's. Nueva York. Noviembre 1994.

1995

- Naturaleza muerta con flores. Óleo/lienzo. 72 x 92,5 cm. 1.487.500 dólares. Christie´s. Nueva York. Mayo 1995.

- Baile en Tehuantepec. Óleo/lienzo. 200,7 x 163 cm. 3.085.500 dólares. Sotheby's. Nueva York. Mayo 1995.

- En el viñedo. Óleo/lienzo. 67 x 49 cm. 827.500 dólares. Sotheby’s Nueva York 1995.

1996

- Nature morte à l’Orange et deux Verres. Óleo/lienzo. 73 x 53,7 cm. 464.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1996

- Juana Rosas. Óleo/lienzo. 80 x 64,8 cm. 228.000 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1996.

1997

- Nature morte avec geranium. Óleo/lienzo. 72,4 x 54 cm. 1.102.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1997.

- Jovencita con alcatraces. Óleo/masonita. 91,2 x 73 cm. 132.500 dólares. Christie’s. Nueva York. Mayo 1997.

1998

- Aceite de oliva. Óleo/lija. 50 x 30 cm. 211.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1998.

1999

- Niña con rebozo. Óleo/lienzo. 82 x 64 cm. 937.500 dólares. Sotheby´s. Nueva York. Junio 1999.

- Portrait of Paulette Goddard. Óleo/lienzo. 121,3 x 170,2 cm. 552.500 dólares. Christie’s Nueva York. Junio 1999.

2000

- Retrato de José Guadalupe Castro Sosa. Óleo/lienzo. 100 x 60 cm. 555.750 dólares. Sotheby’s. Nueva York. Noviembre 2000.

- Naturaleza muerta. Óleo/lienzo. 28,3 x 38,4 cm. 412.750 dólares. Sotheby’s. Nueva York. Noviembre 2000.

2001

- Interior de Cuernavaca. Óleo/lienzo. 177.5 x 200 cm. 198.500 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 2001.

- Retrato de la niña Dolores Reachi. Óleo/lienzo. 57.5 x 33.3 cm. 248.000 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 2001.

2002

- Naturaleza muerta. Óleo/lienzo. 31,3 x 54 cm. 405.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 2002.

- Retrato de hombre. 82 x 45,7 cm. Óleo/lienzo. 350.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 2002.

- Mujer indígena con elotes. Óleo/lienzo. 67.2 x 50cm. 295.500 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 2002.

José Clemente Orozco

1987

- Antiguo sacrificio humano. Óleo/tabla. 56 x 35,5 cm. 37.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1987.

1989

- El desempleado. Óleo/lienzo. 65 x 51 cm. 93.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1989

1990

- Los generales. Óleo/lienzo. 41 x 38 cm. 46.000 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 1990.

- Drama. Óleo/lienzo. 51 x 71 cm. 82.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1990.

1991

- Retrato de mujer. Óleo/lienzo.47 x 63 cm. 24.000 dólares. Christie`s Nueva York. Mayo 1991.

- Acordada. Óleo/lienzo. 66 x 81,9 cm. 374.000 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1991.

1995

- El maestro. Tinta y grafito. 37 x 29 cm. 8.250 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 1995.

1996

- Mi delirio. Óleo/masonita. 48 x 40 cm. 92.500 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 1996.

- Discordia. Óleo/lienzo. 34 x 43 cm. 55.000 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 1996.

- Cantina. Gouache/papel. 44,8 x 55,9 cm. 68.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1996.

- Prostitutas. Gouache/masonita. 41,9 x 56,2 cm. 46.000 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1996.

- El Conquistador. Gouache/cartulina. 49,5 x 67 cm. 40.250. dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1996.

1997

- Fighting Women. Acuarela/papel. 27,9 x 47,9 cm. 63.000 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1997.

- Cortés y la Victoria (Caballo metálico). Óleo/lienzo. 72,4 92,4 cm. 211.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1997.

1999

- Successful people. Óleo/lienzo. 45,7 x 38 cm. 63.000 dólares. Sotheby’s Nueva York. Junio 1999.

- Enana coronando a otra figura. Témpera/papel. 50,2 x 32,7 cm. 20.700 dólares. Christie’s Nueva York. Junio 1999.

2000

- Sin título. Gouache/papel. 26,7 x 13 cm. 32.950 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 2000.

2002

- Mujer. Gouache/papel. 56,5 x 38 cm. 50.788 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 2002.

- Desnudo. Dibujo/papel. 63,2 x 48,3 cm. 14.314 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 2002.

David Alfaro Siqueiros

1988

- Retrato estructural. Piroxilina/tabla. 60,6 x 45,7 cm. 29.000 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1988.

1989

- Niña Madre. Encáustica sobre panel. 76,5 x 51 cm. 363.000 dólares. Christie's. Nueva York. Noviembre 1989.

- Campesinos mexicanos. Óleo/masonita. 84 x 70 cm. 71.500 dólares. Christie's. Nueva York. Noviembre 1989.

1992

- Esclavo. Técnica mixta. 101 x 65,1 cm. 104.500 dólares. Sotheby's Nueva York. Mayo 1992.

- Picadores de piedras. Técnica mixta. 99,7 x 74,9 cm. 71.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1992

- La vida. Acrílico/tela. 87,6 x 40 cm. 27.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1992.

1995

- Campesinos mexicanos. Piroxilina/tabla. 85,1 x 70,2 cm. 90.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1995.

1996

- Mujer. Piroxilina/masonita. 78,7 x 61 cm. 211.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1996.

1997

- Retrato de dama. Óleo/tabla. 90,8 x 67 cm. 60.500 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1997.

- Abismo de rocas. Piroxilina/masonita. 60 x 90 cm. 60.500 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1997.

- El campesino preso. Óleo/lienzo. 45, 7 x 35,6 cm. 34.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 1997.

1998

- Sueño. Piroxilina/novopan. 90,2 x 122 cm. 132.500 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1998.

- La aurora. Piroxilina/masonita. 122 x 100 cm. 77.500 dólares. Christie’s Nueva York. Mayo 1998.

1999

- El ejecutor. Piroxilina/masonita. 100 x 77,5 cm. 134.500 dólares. Sotheby’s Nueva York. Junio 1999.

- Conquistador. Piroxilina/masonita. 100 x 75 cm. 107.000 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 1999.

2000

- Cabeza de anciana. Piroxilina sobre masonita. 102 x 66 cm. 41.000 dólares. Sotheby´s. Nueva York. Noviembre 2000.

2001

- Retrato de Carlos Orozco Romero. Óleo/arpillera. 87 x 58,7 cm. 32.375 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 2001.

- Estudio para escenografía (ballet). Piroxilina/masonita. 61 x 64, 8 cm. 55.375 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 2001.

- Calabaza. Piroxilina /masonita. 58 x 76 cm. 76.375 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 2001.

2002

- Éxodo (estudio para mural). Piroxilina/tabla. 80 x 59.7 cm. 83.650 dólares. Sotheby’s Nueva York. Mayo 2002.

- Flores. Acrílico/lienzo. 70.2 x 60.8 cm. 74.090 dólares. Christie’s. Nueva York. Mayo 2002.

- Double sided screen. Piroxilina/biombo de madera. 36.8 x 79.1 cm. 38.240 dólares. Christie’s. Nueva York. Mayo 2002.

- Cabeza de hombre. Piroxilina/cobre. 36,2 x 30,5 cm. 95.600 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 2002.

- Reverentes. Óleo/papel. 78,7 x 66 cm. 47.800 dólares. Sotheby’s Nueva York. Noviembre 2002.

- Arquitectura geográfica. Piroxilina/tabla. 123 x 92cm. 107.550 dólares. Christie’s Nueva York. Noviembre 2002.

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